en la caja de madera.
Oh, la forma en que descalzaron mis
pies
no puedo permitir que se estropeen...
son íntimos para mí. ¡este par me
acompañó en mi boda!
sí... para mí... todavía viven... Me pasó hace tanto tiempo! ¡Por última vez!
el de la izquierda, color crema,
¡nunca ha sido usado!
pero vaya desgracia... por esta lágrima
perdió los estribos...
la lágrima misma a punto de mancharlo...
un sol falso nos calienta.
Periódicos, bolsas vacías vagando en
el aire,
¡El insólito paisaje me puso los
nervios de punta!
Tarkovski justo aquí, sin invertir
nada podría
convertir a mi novio en una estrella …
al menos una mota del polvo feliz, de
aquel día, cuando Dios vino a convertirnos
en un todo
¡debe haberse conservado!
El otro zapato negro, desgastado y
rasgado
el inadaptado, me miró lánguido como
si fuera un icono sin pintar
pero qué insolente perfidia mostró:
desde que rezas... como si fueras una
serpiente, dijo él,
yo te he pisado...
También habrá una última vez para
ellos.
Las máscaras caerán.
El amor finalmente llegará a su fin.
La primera pregunta en el cielo será:
¿Dónde está la madre de tu hijo?
¿Qué sabes de ella?
¿Dónde está tu cruz, tu mitad?
La caja estará en el mismo lugar, en
un armario sangrante.
Las respuestas, dentro de ella.
Uno podrá verlos flotar como barcos en
el Danubio
en mi sufrimiento de mujer...
La forma en que convirtieron mi corazón
en una trituradora de ortigas …
La forma en que fueron -sin amar-
amados... demasiado amados... tan
amados...
Liubiţa Raichici, incluido en Liberoamérica (21 de abril de 2019, slec. y trad. de Mariela Cordero).
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