Los veo. Creo en ellos.
Está anocheciendo.
Vino el caballo y el carruaje.
Pero ya el caballo tenía otro caballo.
Y el carruaje —otro carruaje.
Paseaban los grandes bultos
de sus sombras
por las limas de las acacias.
Y ya era difícil creer
en caballo y en carruaje.
Miron Białoszewski, incluido en Poesía polaca contemporánea (UNAM, México, 2008, selec. y trad. de Krystyna Rodowska).
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celos incrédulos o identidad perdida...
ResponderEliminarO que todo depende del contexto...
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