y yo, que encontré un cabello que no era mío
entre un dos y un tres del libro de aritmética
estoy de paso.
la gente se saluda.
y yo que busco en la guía telefónica
nombres para ponerte,
caigo como un ladrón.
la gente sabe su edad y su dirección,
se reconoce en las fotografías.
y yo que abrazo a las viejitas
y hablo del tiempo con gatos conocidos
me hago la venia en todas las frentes.
la gente empuña su amor y sus cacerolas se recortan en la tarde.
y aquella que soy yo junta andrajos y sonrisa
saluda antes de partir
el sombrero en alto.
cuando él se vuelve a su cabeza,
ya está lejos.
cuando su sombrero vuelve,
ya no hay quién.
por eso tantas cosas son inútiles
que nadie sabe.
y se lleva la pena como un sombrero, sí.
Cristina Carneiro en Zafarrancho solo (1967), incluido en Casa de luciérnagas. Antología de poetas hispanoamericanas de hoy (Ediciones Bruguera, Barcelona, 2007, ed. de Mario Campaña).
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Bellísimo y enigmático poema. Gracias.
ResponderEliminarBellísimo y enigmático poema. Gracias.
ResponderEliminarBellísimo y eneeeeigmático poema. Gracias
ResponderEliminarBellísimo y enigmático poema. Gracias
ResponderEliminarConmovedor este poema de Cristina Carneiro. Qué bueno saber de ella para leerla. Saludos
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