es el peso insoportable del silencio.
Se han anudado las lenguas,
la lira se ha cansado,
ha quedado de pronto sin sonido.
Vuelve el día
navegando interminablemente
sobre un desierto de olas mal peinadas.
Vuelve el mediodía
con su presencia absoluta de niño precoz
e imprudente.
Caen las doce como un juguete nuevo,
la una es todavía feto en el reloj.
Hay un corazón pesado sobre un cielo,
un almacén de espuma;
una caricatura de gloria
apretada en un ventanal vacío.
Hay un corazón latiendo desesperadamente
pero no en esta alcoba.
Aquí todo está igual,
sólo hay un péndulo.
Afuera voces de mañana
Me han de caer hirientes sobre el rostro.
José María Lima, incluido en Poesía de Puerto Rico. Cinco décadas (1950-2000) (Fundación editorial El perro y la rana, Caracas, 2009).
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