y va cayendo sobre mi corazón.
El lugar donde cayó,
hondo y descarnado,
queda exactamente al lado de la herida
que te mató
sin tiempo para un grito.
Allí, la hoja,
ahora junto al corazón,
examina tu vida en todos sus detalles.
Aunque el viento sopla
y sopla,
inmóvil, la hoja que protege la herida
es un ojo, un ojo.
El ojo de un cielo claro, el ojo nuestro,
el ojo en llanto de tu madre que te llama, lleno de ira.
Cheon Sang-byeong, incluido en Poesía coreana en España (Prometeo Digital, Internet, 2006, selecc. de Pío E. Serrano, trad. de Kim Changmin).
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