Volver a ver las casas,
los coches, sentir las aceras
y oír el estrépito,
rodeado de velocidad,
propósitos, deberes.
Se encontraba en un mundo extraño
donde todo era demasiado familiar
para poder reconciliarse
con nada de lo que era externo a él.
Era demasiado para él
volver a nacer en ese mismo mundo.
Dio sólo algunos pasos.
Y así empezó la huida.
Jóhann Hjálmarsson en Athvarf í himingeimnum (1973), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de José Antonio Fernández Romero).
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