Un mar que llega hasta mis piernas y las besa.
Los horizontes completamente abiertos, apocalípticos,
y las montañas, corona real del bosque.
La celda. Paredes sin arreglar. Libros esparcidos. Aquí.
Una maceta. Viviéndola pobremente, como una flor de sangre,
una canción en una guitarra. La canto.
En el extremo, la chimenea apagada, recuerdo del frío.
Allí está la creación. ¿Qué imagen secreta de Dios? ¿De quién?
Aquí, el alma, una música golpeada por un pecado.
Aquí y allí, cada vez que tú apareces,
mezclas el bosque, la montaña, el pensamiento, la ola.
Kostís Palamás en La ciudad y la soledad (1912), incluido en Antología de la poesía griega. Desde el siglo XI hasta nuestros días (Ediciones Clásicas, Madrid, 1997, ed. de José Antonio Moreno Jurado).
Otros poemas de Kostís Palamás
Aroma de rosa, La caña, La muerte de los antiguos
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