del viejo parque desierto:
todo parece sumido
en un nostáljico sueño.
Sobre la oscura arboleda,
en el trasparente cielo
de la tarde, tiembla y brilla
un diamantino lucero.
Y del fondo de la sombra,
llega, acompasado, el eco
de algún agua que suspira,
al darle una gota un beso.
...Mis ojos pierdo, soñando,
en el vaho del sendero:
una flor que se moría,
ya se ha quedado sin pétalos;
de una rama amarillenta,
el aire trémulo y fresco,
una pálida hoja mustia,
dando vueltas, cae al suelo.
...Ramas y hojas se han movido,
no sé qué turba el misterio:
de lo espeso de la umbría,
como una nube de incienso,
surje una rosa fantástica,
cuyo suavísimo cuerpo
se adivina, eterno y solo
tras mate y flotante velo.
Sus ojos clava en los míos,
y, entre las brumas huyendo,
se pierde, callada y triste,
en el irse del sendero...
Desde el profundo boscaje,
llega, monótono, el eco
de algún agua que responde,
al darle una gota un beso.
Y allá sobre las magnolias,
en el traslúcido cielo
de la tarde, brilla y tiembla
una lágrima lucero.
...El jardín vuelve a sumirse
en melancólico sueño,
y un ruiseñor, dulce y alto,
jime en el hondo silencio.
Juan Ramón Jiménez, incluido en Segunda antolojía poética (1898-1918) (Editorial Espasa Calpe, Madrid, 1981), incluido a su vez en Poemas esenciales del simbolismo (Ediciones Octaedro, Barcelona, 2002, selec. de Pedro Provencio, trad. de Eduardo Marquina).
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Hermoso poema...un gusto leerlo...saludos....Feliz Año
ResponderEliminarHERMOSO POEMA
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