y estuve bajo tierra/mudo con el
corazón crónico
buscando el gol hasta que lo encontré
desperté, aparecí con los ojos
cerrados, con los tobillos rotos
con aves degolladas y vestido de Azul.
Siempre jugué a la pelota
-pero en silencio-
corriendo detrás de algo Azul
-pero en silencio-
celebrando goles ajenos/jugando partidos ajenos/cometiendo
faltas/ajenas
que solo se respondían en silencio.
siempre.
jugué.
a. la. pelota.
Pero en silencio cometía faltas
y nadie me mostraba rojas.
Nicolás Viveros, incluido en Antología de poesía joven del Sur de Chile (Puerto Montt, 2016, Colectivo OrgasMAR).
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