Pero como sea que lo llames,
aparecerá de inmediato.
*
Con una semilla
extraes de la tierra:
un árbol y un murmullo y pájaros—
belleza, humildad y gratitud.
*
Es duro, pero también simple el camino por el desierto.
Cada obstáculo te acerca
al objetivo.
*
Le quito al camino mis huellas,
le entrego cada paso.
Ningún lugar aprisiona mis pies,
lleno y abandono cada instante.
*
Oh, Señor, cuántos son Tus enemigos,
cuántos se alzan en mi contra.
Pero yo soy solo
un escudo fino como la piel
de las mejillas.
*
El día le explica todo esto al día y la noche
le trae nuevas a la noche. Los profetas, concentrados,
entonan un canto.
Sin lengua ni expresión, su voz es apenas audible.
Déjame reconocer el motivo del destino
que en este himno tiembla.
*
Eres como agua derramada,
sin orillas que le den forma,
y con una superficie que toca el fondo,
por lo tanto no puedo sumergirme
ni tampoco desvanecerme
en Ti.
*
He aquí la fuente,
se ha revelado con el agua,
los labios con la sed.
Fluir y beber.
*
Cuando dejen de verme seré
un instante fotográfico, alguien de paso.
Pasado y futuro.
*
Momento alado, elévame
entre el golpe y la herida.
Pues un puñado de agua
no interrumpe la corriente del arroyo.
*
¿Por qué en tan frágiles paredes
situaste la casa,
y no una celda fría
de la que quisiera escapar?
Verano de 1990
Artur Grabowski, incluido en Poesía a contragolpe. Antología de poesía polaca contemporánea (Prensas Universitarias de Zaragoza, 2012, selec. y trad. de Abel Murcia, Gerardo Beltrán y Xavier Farré).
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Excelente.
ResponderEliminarSi, no es fácil encontrar a estas alturas temáticas así en poesía con calidad.
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