Una mañana nos despertamos
y encontramos todas las puertas cerradas
todas las calles ocupadas
No me recobraré fácilmente
Creo que aquellas calles
no irán a dar ya nunca más
a ningún sitio sin ti
Sin ti una ventana no abrirá al mar
no intentará detenerse
delante de tu casa fácilmente
A la lluvia no se le ocurrirá llover porque sí
Si te fueras donde podrías ir aún no lo sé
Estar en Bizancio acaso esté bien
acaso esté mal
acaso no puedo ni decir esto
A mí no me gustan las calles sin tiendecitas ni cafés
tampoco me gustan las habitaciones ni las paredes
No me gustan ni pizca los reyes
Supongamos que lo que dijiste resultara cierto,
demos por sentado que la primera vez
saliste de nuestras calles por primera vez
Nada de parrillas, nadie fríe pescado
Estás en una calle
No hay lechugas verdes
Un montón de cosas no van bien
con el ser humano
Digamos que estás en un momento así
Que Constantino te ha cedido todas las aguas
Esto no es cambiar el universo
No lo es.
Ilhan Berk, incluido en Arquitrave (Segunda época, nº 57, septiembre-diciembre de 2014, Colombia, trad. de Clara Janés y Çagla Soykan).
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