Ahora por primera vez en la noche de tu muerte tu nombre se menciona en conventos, ne cadas in obscururn.
Ahora con una campana verdadera tu historia es final. Ahora hombres de monasterios, hombres de réquiems familiares con los muertos, te incluyen en sus oficios.
Permaneces anónimo entre miles, esperando en la oscuridad de grandes estaciones en la orilla de países conocidos tan sólo por la oración, donde los fuegos no son impíos, esperamos, y tampoco son eternos.
Pasas brevemente por nuestro medio. Tus libros y escritos no han sido consultados. Nuestras oraciones son pro defuncto N.
Sin embargo, algunos miran, como en una multitud de prisioneros o de personas desplazadas, reconocen a un amigo una vez conocido en un país lejano. Para ellos el sol también apareció después de una guerra olvidada sobre un idioma que tú hiciste grande. Ellos no te han olvidado. En su silencio todavía eres famoso y no una sombra ritual.
Cuan lentamente dobla esta campana en la torre de un monasterio por toda una edad y por la rápida muerte de una dinastía ignorante y por aquella brava ilusión:
¡La propia aventura!
¡Porque con un solo disparo se termina la cacería!
Thomas Merton, incluido en Nueva poesía USA. de Ezra Pound a Bob Dylan (Ediciones de la flor, Buenos Aires, 1970, selec. y trad. de Marcelo Covián).
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