Dame tu mano, siéntate conmigo aquí, en silencio
junto al árbol gigante donde muere la brisa
en suspiros dispares bajo el ramaje denso
que acaricia la luz de la luna amarilla.
Inmóviles, bajemos lentamente los párpados.
No pensemos: soñemos. Que nos tomen por suyos
la dicha que se escapa y el amor agotado,
mientras vuelan en torno los pájaros nocturnos.
Dejemos la esperanza. Que nuestras almas tímidas
vayan juntas y humildes a perderse en la escena
anónima y serena con la que muere el sol.
Callemos juntos dentro de la noche pacífica:
no debemos turbar a la naturaleza
en su sueño divino, taciturno y feroz.
Paul Verlaine, incluido en Poemas esenciales del simbolismo (Ediciones Octaedro, Barcelona, 2002, selección y traducción de Pedro Provencio).
Otros poemas de Paul Verlaine)
¡Qué gusto haber encontrado este blog! El poema que leí vale el encuentro.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste la poesía que vamos colgando. Un abrazo.
EliminarMi intuición nunca falla,que bueno fue el enviarte mi solicitud.
ResponderEliminarMuy bien, jajajajajaja, así me gusta.
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