¿Duermes o estás despierta, dulzura mía?
La mañana mira risueña a su alrededor,
a cada capullo que el cielo escarchó
lleva sus saludos.
Ahora por el manantial del bosque
y en la ladera de la montaña
el ciervo y el corzo vagan libres y felices.
En el avellano, pasada la noche,
se despierta el pardillo
y se eleva al cielo
el jubiloso coro de las alondras,
cuando el sol saluda contigo al nuevo día.
Anónimo, incluido en El Lied clásico. Haydn, Mozart y Beethoven (Ediciones Hiperión, Madrid, 2003, selec. y trad. de Judit G. Viloria).
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