fuera del alcance normal
de las llamadas estadísticas. Matan a cien
en los barrios periféricos. Bien, bien, yo continúo.
Mientras que el gran "Yo" se mantenga sobre esta
recia cama que más parece un coche fúnebre,
en un cuarto de hotel con papel de flores en las paredes
que termina en guirnaldas, puedo pasar por alto
la presión de esos nombres bajo mis dedos
duros y negros mientras rozo el papel;
gime la radio al fondo de la sala.
Pero ¿y si una bomba sumergiera el hocico
a través de esta cama en la que estoy?
El pensamiento es obsceno. Con ello y todo hay muchos
para quienes mi muerte sería tan sólo un nombre;
una cifra en una columna. Lo esencial es que todos
los "Yo" permanezcamos aparte,
guardados bajo flores, y que no sufra nadie
por su vecino. Entonces el horror se pospone
para cada uno solo hasta que llega a él
y lo arrastra hacia esa pena no comunicable
que es misterio total o nada.
Stephen Spender, incluido en Poesía anglo-norteamericana de la Guerra civil española (Junta de Castilla y León, Salamanca, 1986, ed. de Román Álvarez Rodríguez y Ramón López Ortega, trad. de José Antonio Caceres y Luis G. Girón Echevarría).
Otros poemas de Stephen Spender
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