Da gusto leer libros de poesía que van más allá del poema concreto, que con el uso del lenguaje escrito (y no solo) son capaces de meternos en un lugar, una atmósfera, un ambiente, una cabeza. Sinceramente, cada vez me gusta más esta manera de concebir la creación poética.
El título del libro del poeta peruano Maurizio Medo, Manicomio (Varasek Ediciones, Madrid, 2014), da claras pistas de donde nos vamos a meter, y vaya si nos metemos. Crea un ambiente de encierro psiquiátrico, y vaya si lo crea, de principio a fin del libro; la cantidad de recursos que utiliza es impresionante, muestra de la sabiduría poética del poeta.
Enumeremos recursos porque merecen la pena, algunos son absolutamente sorprendentes: el uso de los nombres de las medicaciones, las formas arcaicas del lenguaje, el tartamudeo de quien va hasta las orejas de pastillas, el Test de Rorschach, el desvarío, la ignorancia de uno mismo, la confusión entre sueño y realidad, temas recurrentes sobre la realidad y la imaginación por ejemplo Alicia a través del espejo, los espacios en blanco algunos incluso enmarcados, saltos inesperados de lugar o temática, la confusión de personajes... Amen de los recursos estrictamente lingüísticos.
Por los pasillos de este Manicomio podemos ver, claramente, las escenas más tiernas y entrañables, las más duras, las más duras que a la vez son entrañables, las más entrañables que a la vez son crueles. Y lo vemos todo, eso sí, desde dentro; como lectores, el lugar que ocupamos al abrir el libro es el del que duerme amarrado a una cama, el de la joven que sufre la violación de otro paciente o tal vez de un enfermero, tanto da, ahí el delito no se castiga, solo sucede..., el de quien creyéndose en buen estado solo puede tartamudear o balbucear, sin saber por qué...
Otro libro para disfrutar de la poesía. Merece la pena comprarlo.
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