Zumba la colmena. Suena el mar lejano.
Tiemblan los pinares. Crepita la llama.
Corren las aguas nunca pronunciadas.
Palpita la sangre rítmica y secreta.
Todo suena, suena. Quisiera decirse. Quisiera decirnos
algo que de pronto nos anuncia Orfeo:
la unidad del mundo: la vida que todos
vivimos a ciegas, siempre sin fronteras.
Gabriel Celaya en Penúltimos poemas (1982), incluido en Poetas órficos (Huerga y Fierro Editores, Madrid, 2004, ed. de Francisco Ruiz Soriano).
Otros poemas de Gabriel Celaya
España en marcha, La poesía es un arma cargada de futuro, La unidad del mundo, Pánica
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La unidad de todo, esa extraña sensación oceánica, esa intuición que se apodera de uno a veces.
ResponderEliminarY que a veces también nos lleva a temer que no hay unidad.
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