Tan sólo los poetas dicen la verdad
realmente indomable, conforme a sus medidas
y que se moriría en los moldes centenarios.
Los poetas esos hipocondríacos
anarquistas del gozo y la alegría
que destruyen los muros
por el lenguaje alzados hacen del mundo
un ventanal que da al negro universo
y desde esta su vista
los árboles se encogen hasta el punto
de volverse semillas en la lengua del viento
las estrellas se ensanchan como estanques
los hombres se hacen bancos
de pececillos transparentes
las zorras tienen sus guaridas
y corren de un lado para otro por mis ojos.
Los poetas desmienten la lengua desmontándola
y hacen logaritmos
de las cosas aisladas
sus extraños recursos nos encantan
pero quien no se rinde lo paga con tormentos.
No, los poetas hacen comparecer al mar
que está escondido en todas partes
y hacen inundar las casas
y desbordar las bodegas
de lo conquistado hace ya tiempo,
lo que más les gusta es convocar
la marea alta hasta que la verdad
llegue a los labios de todos.
Y entonces puede
que para escapar también a esta verdad
se apronte una fósil mentira
que se vuelva a ablandar como légamo y flores
cuando se la pisa con los pies descalzos
y que llamamos
la tercera verdad por cierto orden.
Guillaume van der Graft, incluido en Antología de la poesía neerlandesa moderna (Ediciones Saturno, Barcelona, 1971, selecc. y trad. de Francisco Carrasquer).
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Muy buen poema, amigo. Gracias por presentárnoslo.
ResponderEliminarAbrazos