Ya nos vamos marchando poco a poco
a un mundo de ventura y silencio.
Habrá que preparar las valijas
para tener un aire pasajero.
¡Añorados paisajes de abedules!
¡Tu, tierra y llanuras de arena!
Al lado de estos mudos viajeros,
no puedo ocultar tanta tristeza.
Demasiado quise en este mundo,
con un amor, que troca en carne el alma.
¡Paz al arce, que alarga sus ramas
para verse en el agua rosada!
¡Cuántos sueños soñé en silencio!
¡Cuánta canción compuse sobre mí!
En esta tierra triste, solamente
porque viví y respiré, soy feliz!
Soy feliz, porque besé a las mujeres,
mustié flores, dormí sobre la hierba
y a los animales, hermanos míos,
yo, nunca les pegué en la cabeza.
Sé que allí no veré estos paisajes,
no oiré susurrar al centeno;
por eso siento escalofríos
ante estos mudos pasajeros.
Serguei Yesenin, incluido en Antología poetas soviéticos (Editorial AHR, Barcelona, 1968).
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