Dile a quien está en tu camisón que no tenga prisa.
Oh, refugio y amado,
pálido pero no de hambre,
tengo muelles inacabables
y puertos de viento y
lluvia para tu extraño,
tabaco para la infancia
y palmas de manos siempre con sed,
cantando tu espera
y no diré a tus botones florales adiós.
Las incertidumbres de que me hablabas estaban secas.
¿Por qué te detienes cuando llora un extraño pájaro?
¿Acaso porque tus alas son de insomnio o
porque has encontrado la alegría de las fuentes?
Y te has convertido en un columpio que
va y viene
como si fueras lo último de la tristeza.
Talib Abdelaziz, incluido en Otros mesopotámicos raros. Antología de la última poesía iraquí (Cosmopoética, Juan de Mairena Editores, Córdoba, 2009, ed. y trad. de Abdul Hadi Sadoun, colabora en la trad. Ahmed Yamani).
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