Una mosca descoyunta el férreo sopor,
el silencio sobrehumano en la sanguaza.
Oval y musca besa la res, la carne viva,
putrefacta. Suena un tintineo de esquilas.
Parecía dulce su indignidad arcana
el díptero prodigio del zumbido airado
sin alvéolo, cáustico. El sol con pudor
se diluía, acervo de mierda y pasto.
Pedro Xavier Solís, incluido en Nuevos poetas nicaragüenses (Sociedad de Cultura Valle-Inclán, Ferrol, 2004, selec. de José María Mantero).
Otros poemas de Pedro Xavier Solís Cuadra
Cerdo, Mosca, Tortuga, Y yo me dije
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Genial esa "Mosca" que tanto odiamos y despreciamos. Esos insectos que tanto nos molestan en la vida y que sin embargo tan necesarios son en la cadena de la vida.
ResponderEliminarPero repito, genial! Recordándome a esos veranos, donde las moscas, el calor asfixiante y el zumbido de la chicharra, se convierten en un infierno d einsolación y sed acuciante.
Un placer visitar este blog que apuntaré en mi lista.
Un abrazo.
José
Es un poema que me pareció original, diferente, por eso lo saco aquí. Un abrazo.
EliminarPues no me gusta mucho este poema. Para moscas pesadas pero vitales y maravillosas y necesarias, las de Macahdo.
ResponderEliminarEs original.
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