Un marchito estupor
ahuyenta del rostro la sonrisa,
tensa los borrosos labios,
derrota la firme nobleza
y arrastra a las ciudades,
a los tiempos alegres,
donde el amor espera, dulcemente,
los crímenes inalcanzables, no cometidos.
Lentamente una rosa al corazón declina.
Dijo cosas bonitas una tarde,
mientras sentía la primavera
en la sangre y la garganta;
de la esperanza, removieron más tarde las cenizas,
y se hizo la vida dura y más difícil.
Ahora respira sobre el muro, insomne.
La muerte llenó de tierra aquella boca.
Joan Perucho, incluido en Poesía catalana contemporánea (Editorial Espasa-Calpe, Madrid, 1983, edición y versión de José Corredor-Matheos).
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Ahora respira sobre el muro, insomne.
ResponderEliminarLa muerte llenó de tierra aquella boca.
Toda tu poesía es belleza y puro sentimiento
homenaje desde el alma¡¡
Besos muchos ♥♥♥
La poesía de Joan Perucho, aquí no cuelgo poemas míos, jajajaja. Me alegro de que te guste.
EliminarUn abrazo.