El día en que no veo tu mensaje
o no nos encontramos,
es largo como meses.
¡Ojalá que ahora mismo me muriera,
si el día de nuestro encuentro
no se hubiera aún fijado!
No creas que, obediente, te dejé:
sería algo asombroso
-¡por tu vida!-
que a ti se te dejara.
Te amaré mientras viva. Y cuando muera,
mi eco seguirá al tuyo
por las tumbas.
Prendado estoy, de ti y de tus promesas,
como el pobre lo está del opulento.
Y es que tú,
y todas las promesas que me hiciste,
no sois mas que el relámpago
de una nube que aún no ha dado gota.
Jamil ibn Abdallah ibn Ma’amar al-Udri, incluido en Poesía árabe clásica oriental (Litoral. Revista de la poesía y el pensamiento, año XVII, nº 177, Málaga, 1988, selec. y trad. de Pedro Martínez Montávez).
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: