Otoño. Ciudad a la orilla,
sombría y desolada.
La ausencia ha destrozado
los dos corazones que se aman.
El implacable paso de los años
cambia de color nuestros cabellos.
Fracasos y frustraciones
te tienen desesperado.
Hiedras y arbustos silvestres
reemplazan las flores rojas de lotos.
Tristes grillos y diversos insectos,
chillan, lamentan y gimen.
Quiero que sepas, mi amor,
que a pesar del melancólico otoño,
los sauces que has plantado en mi jardín
siguen lozanos como antes.
Wei Rongxiang, incluido en Antología de poetas prostitutas chinas (Siglo V-Siglo XIX) (Visor Libros, Madrid, 2010, ed. y trad. de Guojian Chen).
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