Como yo no entendía nada
ni tú tampoco,
hemos creído que somos de la misma edad.
Nos hemos confesado uno frente al otro
el más oculto secreto:
que existimos...
Pero era de noche y, ay, por la mañana,
terrible descubrimiento,
me había despertado con la sien sobre tí,
amarilla, gavilla, trigo.
Y he pensado: Dios mío,
¿qué clase de pan sería yo
y para quién?
Nichita Stanescu, incluido en Antología de la poesía rumana contemporánea (Editorial Elion, Bucarest, 2000, trad. de Darie Novaceanu).
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