¡Oh nube! El mayor de mis anhelos
es que se riegue este parque. Si pasas por aquí,
tempera su ardor, sin que cese tu riego
en tanto su sed se sacia.
Vístelo con el ropaje de la primavera
como con un manto rameado de tisú,
y que aparezcan en él las flores
formando páginas alcoránicas,
donde finjan los regueros del rocío
renglones de escritura con sus mociones.
Abu Umar Ahmad ibn Faraj de Jaén, incluido en Poesía de Al-Andalus (Asociación Andaluza de Profesores de Español Elio Antonio de Nebrija, Sevilla, 1999, varios trad.).
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Bellísimo y primaveral. El tiempo no pasa para la poesía. Saludos cordiales.
ResponderEliminarSí, tocaba un poema como este, primaveral, jajajaja. Un abrazo.
EliminarNos muestra la permanencia de las imágenes de la naturaleza en la poesía, lástima que los antiguos no tenían cámaras, hubiésen dejado tanto que ver.
ResponderEliminarY el amor y fascinación por la naturaleza. Por desgracia, con excepción de algunos poetas raros, ha desaparecido de la poesía.
EliminarEnhorabuena por la propuesta. Complementa mis estudios que hasta ahora se habían centrado en literatura medieval inglesa, de Grecia y de Roma, pues no conocía a estos otros poetas.
ResponderEliminarPues te estabas perdiendo lo mejor, jajajaja. Un abrazo.
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