La ciudad tenía solamente una casa,
la casa tenía solamente un cuarto,
el cuarto tenía solamente una pared,
la pared tenía solamente un reloj,
el reloj tenía solamente una aguja.
Y durante todo ese tiempo los niños
crecían y hacían una sola pregunta,
mientras que los adultos,
inciertos y arrogantes,
se disminuían se disminuían sonriendo.
Gellu Naum, incluido en Antología de la poesía rumana contemporánea (Editorial Elion, Bucarest, 2000, trad. de Darie Novaceanu).
Otros poemas de Gellu Naum
Caparazón, La hermana del sol
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Hola querido Francisco, he vuelto, y queria saludarte y darte las gracias. por haber puesto mi blog del día el año pasado. Mil gracias.
ResponderEliminarmuchos besos...
Muy bien, me alegro de que hayas vuelto, siempre es gratificante saber que estáis ahí. Un abrazo.
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