Eran muchos paisajes ya por dentro,
mucho mar de la vida
y mucho navegar contra corriente.
Árboles gigantescos
le prestaron su sombra.
Otra vez campo joven
le pedía la sangre.
En las rojas auroras,
un galopar de vida
la bañaba de luz hasta inundarle
las bóvedas del sueño.
Era ya un ir sin tregua,
una prisa de estreno
por la andadura alegre.
En los pámpanos tersos
brillaba la esperanza.
Todo se le ofrecía
más allá de las cimas.
Concha Lagos en Tema fundamental (Ágora, Madrid, 1961).
Otros poemas de Concha Lagos
Como pan cotidiano, En las rojas auroras, Hasta saber la orilla, La voz, Quién dará testimonio
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En una primera lectura del poema, la palabra-resumen que me viene es HORIZONTE. Tal vez por la altura de los conceptos, que deja paso a la mirada. Y pese a que los paisajes sean interiores.
ResponderEliminarUn abrazo
Entre todos y todas deberíamos recuperar a tantas mujeres que escribieron antes que nosotros con calidad y son poco leídas, incluso por las poetas jóvenes. Muchas de estas mujeres viven aún, y se me cae la cara de vergüenza cuando escucho las disputas de las mafias masculinas: que si Gamoneda, que si Luis García Montero... Siempre igual, parece que nada cambia.
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