jueves, 24 de septiembre de 2009

Poema del día: "Pueblo", de Luis Palés Matos (Puerto Rico, 1898-1959)

¡Piedad, Señor, piedad para mi pobre pueblo
donde mi pobre gente se morirá de nada!
Aquel viejo notario que se pasa los días
en su mínima y lenta preocupación de rata;
este alcalde adiposo de grande abdomen vacuo
chapoteando en su vida tal como en una salsa;
aquel comercio lento, igual, de hace diez siglos;
estas cabras que triscan el resol de la plaza;
algún mendigo, algún caballo que atraviesa
tiñoso, gris y flaco, por estas calles anchas;
la fría y atrofiante modorra del domingo
jugando en los casinos con billar y barajas;
todo, todo el rebaño tedioso de estas vidas
en este pueblo viejo donde no ocurre nada,
todo esto se muere, se cae, se desmorona,
a fuerza de ser cómodo y de estar a sus anchas.

¡Piedad, Señor, piedad para mi pobre pueblo!
Sobre estas almas simples, desata algún canalla
que contra el agua muerta de sus vidas arroje
la piedra redentora de una insólita hazaña...
Algún ladrón que asalte ese Banco en la noche,
algún Don Juan que viole esa doncella casta,
algún tahur de oficio que se meta en el pueblo
y revuelva estas gentes honorables y mansas.

¡Piedad, Señor, piedad para mi pobre pueblo
donde mi pobre gente se morirá de nada!

Luis Palés Matos en Tuntún de pasa y grifería (1937), incluido en Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea 1914-1970 (Alianza Editorial, Madrid, 1971, selec. de José Olivio Jiménez).

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4 comentarios:

  1. Me ha traido a la memoria este otro poema:
    DEL PASADO EFÍMERO

    Este hombre del casino provinciano
    que vio a Carancha recibir un día,
    tiene mustia la tez, el pelo cano,
    ojos velados por melancolía;
    bajo el bigote gris, labios de hastío,
    y una triste expresión, que no es tristeza,
    sino algo más y menos: el vacío
    del mundo en la oquedad de su cabeza.

    Aún luce de corinto terciopelo
    chaqueta y pantalón abotinado,
    y un cordobés color de caramelo,
    pulido y torneado.
    Tres veces heredó; tres ha perdido
    al monte su caudal; dos ha enviudado.

    Sólo se anima ante el azar prohibido,
    sobre el verde tapete reclinado,
    o al evocar la tarde de un torero,
    la suerte de un tahúr, o si alguien cuenta
    la hazaña de un gallardo bandolero,
    o la proeza de un matón, sangrienta.

    Bosteza de política banales
    dicterios al gobierno reaccionario,
    y augura que vendrán los liberales,
    cual torna la cigüeña al campanario.

    Un poco labrador, del cielo aguarda
    y al cielo teme; alguna vez suspira,
    pensando en su olivar, y al cielo mira
    con ojo inquieto, si la lluvia tarda.

    Lo demás, taciturno, hipocondriaco,
    prisionero en la Arcadia del presente,
    le aburre; sólo el humo del tabaco
    simula algunas sombras en su frente.

    Este hombre no es de ayer ni es de mañana,
    sino de nunca; de la cepa hispana
    no es el fruto maduro ni podrido,
    es una fruta vana
    de aquella España que pasó y no ha sido,
    esa que hoy tiene la cabeza cana.

    A. Machado

    El tema no es exactamente el mismo, pero el ambiente está calcado, supongo que aún quedan pueblos así en España, yo mismo he sentido esto en el pueblo de mi madre, donde quedán "Fuerzas vivas", "casino" y "cementerio"

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  2. Más o menos son de la misma época, lo único que el "Pueblo" de Palés está en Puerto Rico.

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  3. Un pueblo es un pueblo...sobre todo si son de la "Cepa Hispana"...

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