Pecaron mis ojos moviendo esta angustia de amor en mi corazón,
y mi corazón envió las lágrimas para vengarse de los ojos.
¿Cómo encontrar justas estas represalias del llanto,
cuando anegan las pupilas con sus fluidos torrentes?
Antes que la viese nunca la encontré para conocerla,
y el momento en que la vi fue nuestro último encuentro.
Abu Muhammad Alí ibn Hazm en El collar de la paloma (Alianza Editorial, Madrid, 1997, trad. de Emilio García Gómez).
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Muchas gracias, me alegro si el blog agrada a la gente, de eso se trata.
ResponderEliminarUn beso enorme, haces una gran labor.
Pues nada Carla, a seguir agradando.
ResponderEliminarUn beso y a ver si te veo bailar, que la danza es una de mis pasiones.
Un hermoso trabajo gracias por su aportacion a las letras , mis saludos y afecto- Francis Falcón..
ResponderEliminarLeer poesía es la mejor manera de aprender, de ahí mi empeño. Un abrazo.
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