Detrás de las cortinas lejanas del olvido,
me ha llamado tu nombre, ése que estuvo un año
durmiendo en la buhardilla de mi lengua,
aquél que se reía del traje de la lluvia,
cuando se desnudaba en el hombro de julio,
cuya mano limita con los guantes de enero.
Ya no vive, me ha dicho, en el tercero b de tu tristeza,
le echaste de su cuarto para que no te viese
morir igual que un pez desolado en la orilla
incierta de su sombra salpicada de noches.
Le he encontrado mayor y, como siempre, tímido,
con su antifaz de aire, suplicando en la calle
monedas de memoria para comprar un plato
caliente de recuerdos.
Santiago Gómez Valverde en Sombra a sombra (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2008).
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Mrelancolía y muerte, que bien armado el poema, distancia en una palabrbra, el mombre personalizado como Dysney lo hace con cualquier ratón, pera contar con un nudo lo que suponen los que ya no están...me ha gustado mucho.
ResponderEliminarHaciendo patria diré,
ResponderEliminarque es un poeta de Leganés.
Jajajajaja. Como yo.
Creo que ya tenéis monstruo ¿no se parecerá a un oso? que por otra parte se parece a los de tous, que todos terminan en el que indultó rossvelt (que desbarre, si quieres te lo explico, si es que nio lo entiendes9.Yo de Vicalvaro
ResponderEliminarNuestro mostro es un dragón.
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