Unos dicen que el mugido de bestias
constante que anuda los ríos.
Otros, que arder perpetuo
o la electricidad de la tormenta humana.
Se habla también de la preñez del humo,
partos de estiércol
y hasta una blanda llovizna de sapos.
Pero yo sé que es más sencillo:
el viento peina,
el mar se va y viene,
hombres con guerrera de charco
cuelgan en las cruces fotos de niños.
Antonio Praena Segura en Humo verde (Amarú Ediciones, 2003).
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