Una de las conversaciones habituales entre poetas, poetas premiados, poetas editados, poetas consagrados es “no se lee poesía”. Y yo, como poeta y lector de poesía que le gusta buscar ávidamente en esta nuestra bendita Internet, no estoy para nada de acuerdo con esta afirmación.
Casi siempre que alguien afirma esto en realidad quiere decir que no vende sus libros, que va poca gente a sus recitales. Y si lo dice probablemente sea cierto, pero extrapolar su experiencia a todo el mundo de la poesía es, cuando menos, exagerado. Porque no hay más que darse una vueltecita por la Internet para ver como proliferan miles de páginas de poesía en castellano, de todo tipo, páginas donde podemos encontrar poetas de reconocido prestigio, clásicos, jóvenes poetas y, sobretodo, aficionados a la poesía, que escriben por expresarse, o por compartir sus poemas con otras personas, que, como el o ella, no tienen grandes pretensiones editoriales.
También en los blogs personales, o en los espacios que permiten tener las grandes corporaciones que suministran correo electrónico, hay quien cuelga, además de otras cosas que les gustan, como música o páginas web, las poesías que le llenaron el alma, con las que se siente más comprometido, las poesías que le han enganchado, pero también esos tímidos versos con los que empieza a hacer sus pinitos en este arte literario.
Ese mito tan poético de las dos Españas aparece con fuerza también en el mundo de la poesía. Una poesía oficial, cercana a instituciones y universidades, a las grandes editoriales, siempre quejosa de la falta de lectura, más pendiente de la forma que del fondo y que se auto premia constantemente (con honrosas excepciones) y una poesía popular, no exenta de calidad en ocasiones, que se enamora de los poetas de siempre y que ha invadido con paso firma la Internet. Y que ha encontrado en las nuevas editoriales llamadas de auto edición un lugar donde editar y tener en papel sus sueños poéticos. Un tanto fetichista esto del libro, pero que se convierte en un elemento adorable al que puedes tocar y echar un ojo antes de acostarte, o regalar con cariño a los amigos.
Otro fenómeno que prolifera junto a las webs de poesía son los cursos y talleres de poesía online, como un complemento técnico para aquellas personas que se acercan tímidamente a la poesía. Y que no sustituyen para nada todos esos talleres literarios que hay por toda nuestra geografía en los que muchas personas comparten sus experiencias y caminan juntos en el mundo de la poesía. Incluso muchos de ellos organizan sus propios recitales aportando su granito de arena a la vida cultural de sus barrios o pueblos.
Aunque bueno, si tengo que decir algo que no me gusta demasiado dentro de este mundo poético popular es que a nivel técnico hay un elemento que se sigue utilizando con profusión y que, a mi entender, y al de la mayoría de poetas y críticos actuales, resulta un poco, si se me permite rancio. Y es la rima, muchas veces incluso consonante, que se puede observar en bastantes de las personas que escriben en estos ámbitos. Evidentemente se utiliza como reflejo de muchos de los poetas clásicos que les apasionan, pero en la actualidad, los poetas vienen resolviendo con formas más elegantes y menos repetitivas este asunto de la rima, dando mucha más importancia al uso del ritmo interno como cohesionador de los poemas. Para evitar seguir eternizando esos soniquetes repiqueteantes, creo que es importante leer a los valores de la poesía actual, incluso a los jóvenes poetas de la poesía “institucional”, no para que dejen de quejarse de sus exiguas ventas de libros, sino para aprender y estar al día, ver que es lo que se hace ahora entre aquellos que están más versados en las lides poéticas.
Por supuesto que se lee poesia, es un enfoque de la vida y mientras haya vida habra poesía y se leera poesia.
ResponderEliminarY.. dirigiendome a Francisco Cenamor.. un humilde ruego..
No dejes nunca de escribir..
Cuando termine esta vida, sigue por favor escribiendo en las vidas siguientes,
porque yo te pienso buscar en las vidas futuras para no dejar de leerte.
Un beso,
Sonia
Jajaja, que compromiso, ahora tendré que escribir varias vidas para seguir deleitando a mis fans, jajaja. Nada, lo haré encantado.
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