de algo
somos bultos
y huecos
somos hijos de la lluvia
de aquello que truena
de aquello que gruñe,
somos frágiles somos
vivos sin lugar a dudas,
pero rotos por dentro
pero llevados hasta el borde del extremo
pero acorralados a veces hasta el fuego
pero acribillados por la fuerza del impacto
en una jetita de niño
incidentalmente, por error, por locura, por azar
hemos vuelto
el cuerpo permeable más allá de la razón
el alma abierta
el corazón sensible
a las vibraciones de los otros
y sin embargo
viviendo más que los otros
somos hijas de la tempestad que se abate,
hijas desplazadas sobre el borde de las cosas,
sobre el vientre de la tierra,
sobre el pliegue de su piel
friable,
frágiles
saladas
para sentir
la suavidad del viento
Christine Guinard, incluido en Aullido (Internet, 1 de septiembre de 2024, trad. de Alonso Venegas Flores).
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