Pelamos tubérculos radiantes. Retiramos su luminosa cobertura de iridio quemándonos la piel.
Sobre nosotros se mueve la sombra de pájaros enormes que nadan como insectos. Sobre nuestras cabezas y nuestros antebrazos calcinados se mueven los pájaros como un ejército de larvas refulgentes y metálicas.
Pilar Fraile Amador en La pecera subterránea (Amargord Ediciones, Madrid, 2011).
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Con estos tres versos hay toda la esencia de un haiku en ciernes:
ResponderEliminar"Dejar
sobre el lecho de este cuerpo
el peso de la sangre."
Tiene los dos planos (real y simbólico) y el wit o salto de ingenio (el plaf de la rana, Basho).
Saluda a Pilar Fraile Amador de mi parte, querido Paco.
Y para ti un abrazo.
Pere
Pilar sabe lo que hace, desde luego no escribe al azar, como la mayoría de los poetas jóvenes españoles. Tenemos una buena poeta. La saludaré, aunque como buena poeta, vive un poco alejada de la gloria de la capital.
ResponderEliminarUn abrazo.