Inmensa voz
que sorbe
que sorbe
Inmensas voces que sorben
que sorben
que sorben
Río, me río solo para otro
para otro
para otro coleto
Río, el cañón que ríe tengo
cañoneando el cuerpo
yo, tengo, estoy
¡en otro sitio!
¡en otro sitio!
¡en otro sitio!
Una brecha, ¿qué hace?
¿qué hace una rata?
¿una araña?
Perdí a mi padre por ser mal labrador
no, no traigáis un farol
por tanto lo perdí
Las órdenes se dejaron de oír
acabóse la voz. Más ahogada, al menos
Después de veinte años, de nuevo, ¿qué estoy oyendo?
Inmensa voz que sorbe nuestras voces
inmenso padre reconstruido gigante
por el esmero, por la incuria de los acontecimientos
Inmenso Techo que cobija nuestros leños
nuestros sueños
que cobija gatas y ratas
Inmensa cruz que maldice nuestras balsas
que nos disgrega los sesos
que nuestras tumbas prepara
Inmensa voz para nada
para el sudario
para caer nuestras columnas
Inmenso «debe» «deber»
deber deber deber
inmenso imperioso puré
Con fingida grandeza
inmenso asunto que
nos hiela
¿Habíamos nacido para la ganga?
¿Habíamos nacido con los dedos rotos para consagrar la vida entera
a un mal planteado problema?
a un no sé qué para no sé quién
a un no sé quién para un no sé qué
siempre hacia un frío mayor?
¡Basta! Aquí no se canta
No conseguirás mi voz, gran voz
No conseguirás mi voz, gran voz
Tendrás que pasarte sin ella, gran voz
También tú pasarás
Pasarás, gran voz.
Henri Michaux en Adversidades, exorcismos (Ediciones Cátedra, Madrid, 1988, trad. de Jorge Riechmann).
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Gracias por este poema de Michaux que buscaba en una versión en nuestro idioma.
ResponderEliminarsaludos...
Espero que sea una buena traducción, tienes el dato de quién la hizo.
ResponderEliminarUn abrazo.