¡Señor! Sembrando están los labradores
sobre los campos de este otoño el trigo
más entrañable que sembrado se haya
desde que el mundo por tu pulso late.
¡Señor! El labrador está sembrando
y abre su mano y temerosamente
deja en el surco su esperanza como
un riego de volubles pajarillos.
¡Señor! Esta semilla es ya la última
que el labrador guardaba en su granero
y Tú lo sabes y nosotros nada
sabemos: solamente en Ti confiamos...
¡Señor! ¡El labrador está sembrando!
Pena de montes e inquietud de valles
el seco lecho de los ríos cubre
mientras brilla, sin lágrimas, tus astros...
¡Señor! ¡Señor! Los labradores siembran
sobre esta tierra donde ya no hay llanto,
y acaso tu castigo es esta inmensa
sequía de amor que agrieta nuestras almas.
Mario López, tomado de El Dios del mediodía. Fe y creación poética en Andalucía (Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1997, ed. de J. L. Ortiz de Lanzagorta), incluido en Al celebrar tu memoria. Poesía para domingos y fiestas (Editorial Sal Terrae, Santander, 2005, ed. de Casiano Floristán).
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