y hay ganas de morir, combatido por dos
aguas encontradas que jamás han de istmarse.
Hay ganas de un gran beso que amortaje a la Vida,
que acaba en el áfrica de una agonía ardiente,
suicida!
Hay ganas de... no tener ganas, Señor;
a ti yo te señalo con el dedo deicida:
hay ganas de no haber tenido corazón.
La primavera vuelve, vuelve y se irá. Y Dios,
curvado en tiempo, se repite, y pasa, pasa
a cuestas con la espina dorsal del Universo.
Cuando las sienes tocan su lúgubre tambor,
cuando me duele el sueño grabado en un puñal,
¡hay ganas de quedarse plantado en este verso!
César Vallejo en Los heraldos negros (1918), incluido en Obra poétcia completa (Alianza Editorial, Madrid, 1994).
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veo de blog en blog que se habla de lo que siento ahora: del corazón arrancado, etc., ahora sé lo que es
ResponderEliminarun abrazo
Vallejo, uno de los grandes poetas del dolor humano.
ResponderEliminarYo quisiera tener ganas de tener ganas. Pero no tengo ganas...de tener las ganas primeras.
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