Nadie sabrá que tú y yo concluimos
este pacto inocente
con sangre y lodo y la arañada cal de las paredes,
ante un testigo no identificado,
para traicionarlo todo,
para vender uno a uno los principios más sacros,
para pasar a gatas la frontera
que indignos nos haría de todas las miradas.
Y tú, piedra de escándalo,
y tú, desnudo,
y tú, bajo los árboles.
Y la longeva lógica acabada,
roto el considerando,
sin significación el signo,
la mente sana in corpore insepulto
y el ministro litúrgico sin atreverse a deponer las armas
en las gradas aéreas
del dios que alegra nuestra juventud.
José Ángel Valente en Breve son (1968), incluido en (Punto cero) Obra poética (Alianza Editorial, Madrid, 1999).
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Espectacular Valente, como le pilles el truco te pierdes para siempre en su talento...
ResponderEliminarGracias!
Pues sí, la verdad, leí mucho de él hace tiempo, espero que se pegue algo, jajaja.
ResponderEliminarme identifico mucho con valente en su visión de la vida y de lo trascendente, y en su día comprobé que era una persona llena de inteligencia y de encanto, no sé cómo explicarte
ResponderEliminarBuen referente, sí señor.
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