(Octubre, 1965)
Sesenta, setenta, ochenta: yo te veía maduro, suave,
saltamontes incambiable, silbando a lo largo de los fuegos de hierba;
el mismo pelo, tocado por la nieve, y la misma muñeca para el tenis; pronto partidos de dobles,
ya no individuales... ¿Quién se atreve a acompañarte a tu caída mortal,
a ver los años arrugando el receptáculo,
a ver cómo la hiedra se convierte en una mancha de sangre
en la pared de tu enfermería? Hace treinta años,
como estudiantes que esperábamos a Europa y el final del trimestre de primavera-
vimos bajo nosotros, dorados, pequeños, petrificados,
el campo de polo de la escuela, campos de trigo, el aeródromo feudal,
el Trust McKinley; detrás, sobre nosotros, la torre,
los dormitorios, la barraca de campo, el palacio del Obispo y la capilla-
Randall, la escena se arroja aún sobre el parabrisas.
Las manzanas enrojecen hasta su madurez sobre el látigo de la rama.
Robert Lowell en History, incluido en Antología (Visor Libros, Madrid, 2003, trad. de Antonio Resines).
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Del paso efimero...
ResponderEliminarLa metáfora del partido de dobles como significación del paso del tiempo me parece genial.
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