Una mujer tejía
ciento cincuenta
trivialidades
de un chaleco sin color.
Lágrimas de óleo en sus ojos
programados
para los compases
del aburrimiento.
El rincón
se resignaba al consuelo
de su papel barato.
Ciento cincuenta
trivialidades,
y un puchero bostezando
el hastío de su caldo.
Pero ella no soportó
las sombras del desencanto;
desistió de robar calderilla
a la luz,
y se dejó absorber
por el silencio de las horas.
Blanca Sarasua en El cerco de los pájaros (1986), incluido en En voz alta. Las poetas de las generaciones de los 50 y los 70 (Ediciones Hiperión, Madrid, 2007, ed. de Sharon Keefe Ugalde).
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Muy hermoso el poema ...
ResponderEliminarPasó acá para saludarte y desearte un buen final de semana.
Un beso.
Sill
Sí, tiene un algo especial este poema, por su sencillez. Aunque yo le hubiese quitado alguna coma, jeje.
ResponderEliminarUn saludo Sill.
hermoso y triste...
ResponderEliminarun abrazo,
"Le aburre el humo del tabaco"
ResponderEliminares un verso de Machado, me lo ha recordado esta poesía.