En realidad se marcha a estar presente.
Pero en el hueco en que nos resumimos
hay una violación oscura que es el odio.
Digo por eso que todo lo que quiero se ha alejado.
Y lo que me ha querido.
Aquí el dolor se crece: Pediría
rasgar la página justo a esta altura
y es por ello mejor no añadir nada.
Mas, sin embargo,
parece sin retorno este rasgarse hacia la muerte de
las cumbres
con ritmo de oración que se medita.
Hasta a ella acude
en busca de consuelo la cordura.
Y es cierto su dejarse balbucido
aunque no exista otro intercambio
más allá del amor con sus sencillos días
hechos de pan y manos cotidianas.
Por eso aquí
todo el exilio se apalabra y sólo dice
si una segunda parte lo relee
por el revés de los zarzales del camino:
No se parece al canto de vencejos su lectura
y no hay clavel acenizado
del que las nubes y la luz hagan metáfora,
pues sobre todo lo que arde
posar la flor es imposible.
Hoy, pese a todo,
decir que aún esperamos es metralla
que no encuentra su fin y busca un cuerpo
que con encarnación de lengua la licúe.
Pero también la sangre es líquida,
y en ella lo demás
tan sólo por sí mismo ha de decirse.
Antonio Praena Segura en Humo verde (Amarú Ediciones, Salamanca, 2003).
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Bellísimo!
ResponderEliminarPues si, la verdad.
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