De este niño que rodea a la avispa
de la lluvia al sol
su carrera entre capricornios
y escolopendras
soy depositario
De ese pardo pecado en el profundo silencio
huye las estrellas
pero de su esplendor
removido de insectos
soy cómplice
De la muerte en la vida
de su espacio fértil aún espeso
soy memoria
Esta infancia
de mineral irreductible
lluvia al sol
yo a las estrellas
yo a la muerte
yo
*
Existo entero como la leche
cotidiana.
Pues prefiero
alguna cosa
plenamente inaccesible
a esas ideas estrechamente vigiladas
Khal Torabully en Carne Coral, fragmentos coolies (1999).
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(Con el deseo de que sigas siendo siempre una voz libre...)
ResponderEliminarHAY VOCES LIBRES
Hay voces libres
y hay voces con cadenas
y hay piedra y leño y despejada llama que consume,
hombres que sangran contra el sueño
y témpanos que se derrumban sobre las calles sin gemido.
Hay límites en lo que no se mueve entre las manos
y en lo que corre corre y huye como una herida,
en la arena intangible cuando el sol adormece
y en esa inconfundible precisión de los astros (...)
Hay voces libres
y hay voces con cadenas
y hay palabras que se funden al chocar contra el aire
y corazones que golpean en la pared como una llama.
Hay límites
y hay cuerpos
y hay sangre que agoniza separada bajo las duras cruces de unos hierros
y sangre que pasea dulcemente bajo la sombra de los árboles.
Hay hombres que descansan sin dolor contra el sueño
y témpanos que se derrumban sobre las piedras sin gemido.
Emilio Prados
Muy bello este poema de Prados, gracias alunas por dejarlo.
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