En Pascua resucitan las cigarras
millones y millones de cigarras
que cantan y cantan todo el día
y en la noche todavía están cantando.
Solo los machos cantan:
las hembras son mudas.
Pero no cantan para las hembras:
porque también son sordas.
Todo el bosque resuena con el canto
y solo ellas en todo el bosque no los oyen.
¿Para quién cantan los machos?
¿Y por qué cantan tanto? ¿Y qué cantan?
Cantan como trapenses en el coro
delante de sus Salterios y sus Antifonarios
cantando el Invitatorio de la Resurrección.
Al fin del mes el canto se hace triste,
y uno a uno van callando los cantores,
y después solo se oyen unos cuantos,
y después ni uno. Cantaron a la resurrección.
Ernesto Cardenal en Gethsemani, Ky (Diarios de Helena, 2005).
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