¿Por qué gime siempre el mar?
Expulsado del cielo, fuerza a su llanto
a corroer el borde de la playa;
ni todos los ríos de la tierra podrían hartarlo:
el mar, insaciable, siente la sed mientras bebe.
Puros milagros de atractivo reposan
escondidos en ese lecho nunca visto:
anémonas, sal, desapasionadas
corrientes como flores, lo bastante vivo
para soplar y multiplicarse y prosperar.
Pintorescas caracolas, curvas, manchadas o espirales,
con incrustaciones vivas como los ojos de Argos,
todas igual de bellas, aunque todas distintas,
nacen sin espasmos, y mueren
sin espasmos, y así pasan.
Christina Rossetti, incluido en Antología de poetas inglesas del siglo XIX (Alba Editorial, Barcelona, 2021, trad. de Xandru Fernández y Gonzalo Torné).
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