He acostado
a mis muertos
en la dulzura de tus amados senos
allá, donde las cataratas lavan los pies
de los farallones.
Guárdalos pues
oh tierra
guarda en los pliegues de tus limos
guarda los huesos de mis hermanos.
A menudo por la noche
me iré a llorarles allá
a la hora en que el corazón
arpegia
las kôras
del sueño.
Y si un día el viento de la libertad
viniera a soplar tras de mí
sobre tus montañas y tus dunas
tus llanos y tus ríos
oh tierra
déjale soplar
y acunar
a mis hermanos
esos héroes que tuvieron la carne desgarrada
y murieron para que viva la libertad.
Siriman Cissoko, incluido en Diwan africano. Poetas de expresión francesa (Editorial Arte y literatura, La Habana, 1988, selec. y trad. de Rogelio Martínez Furé).
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