1
A veces, pierdo las ganas de hablar,
Quiero solamente moverme,
En círculos inacabados de luz
2
Podría mentir,
Diciendo que hubiera querido descubrir el mundo,
Pero realmente me hubiera gustado despertarme cada día,
En un nuevo país extranjero.
Soñaba que estaba atrapada en la red de un pescador,
Soñaba que soy el pescador, las perlas y el lago.
3
Cuando crucen nuestros pasos,
En otro tiempo,
En un lugar donde habitarían extraños que nos conocieran,
Quizá pudiera quererte.
4
Porque somos árboles desarraigados de la tierra,
De la casa,
De los ángeles y del mundo,
Porque somos árboles solitarios,
Nos destrozamos solos.
5
Cuando vuelva yo,
Averigua de tu existencia ahí.
Cortaríamos entonces el camino con el cuchillo,
Y jugaríamos con la vida.
6
Esta noche no me apetecería salir de casa.
Cada vez que abro una puerta,
Asoma la soledad con cabeza de diablo.
Las mantas sobre mi pecho son muy pesadas,
Las cargas no parecen pasajeras.
Abandono el insomnio para que respire,
Y con precisión escucho los pasos de mi corazón palpitante.
Soñaba que mi padre me llevaba en un pequeño carro de madera,
Paseaba por lugares que parecían la casa.
Soñaba que mis ojos atraían los espacios de territorios extensos,
A niños perdidos, colillas de cigarros y anzuelos.
Una mirada me atraía a nueva fantasía,
Y nueva geografía se convertiría en sólida cuando me alejaba.
Lucho contra la depresión con fuerza,
Mientras la depresión me levantaba como los columpios de mi infancia.
Te agarro con deseo y luego te pierdo con deseo.
Te cuento historias sobre la luna,
Mientras un peatón ciego tropieza en la oscuridad.
Las palabras más normales me dan susto,
No heriría el uno al otro, nunca.
Se convierten en grilletes sobre mi corazón.
Quiero ir al mar,
Y desde ahí observaría la dura ausencia que me aprieta.
Rana al-Tonsi, incluido en Nueva York Poetry (EEUU, 22 de agosto de 2020, trad. de Ahmad Abdulatif).
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