Peca mucho, y oféndeme
cuanto te sea posible, porque en esa
sedición más te amo.
¿Cómo ibas a ser, si no, tú el niño,
Livio de mis entrañas, Livio mío;
desobediencia y juego?
Luego te acojo, y te perdono, y lloro,
y pronuncio tu nombre —Livio, alivio—,
y me convierto en el dios que detesto.
Vicente Núñez en Teselas para un mosaico (1985), incluido en Amores iguales. Antología de la poesía gay y lésbica. Panorama general (La Esfera de los libros, Madrid, 2002, selec. de Luis Antonio de Villena, trad. de Martín Rodríguez-Gaona).
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