Cuando volaba el pez y los bosques andaban,
y eran higos los frutos del espino,
en tiempos en que sangre era la luna,
al mundo vine entonces.
Con cabeza de monstruo y un áspero bramido,
y orejas como alas vagabundas:
la parodia del diablo entre las cosas
que por el mundo van con cuatro patas.
El proscrito harapiento de la Tierra,
de voluntad antigua y retorcida:
iré hambriento, azotado, entre burlas y, mudo, guardaré mi secreto.
¡Necios! También yo tuve mi hora; una lejana hora dulce y bravía:
hubo clamor de vítores en torno a mis orejas
y ante mis pies tendiéronse las palmas.
Gilbert Keith Chesterton, incluido en Antología de poetas ingleses modernos (Editorial Gredos, Madrid, 1963, trad. de Marià Manent).
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¡En todos sentidos, Chesterton es, fundamental...!
ResponderEliminarY tanto que lo es.
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