Desperté pensando que Dios era machista; que cuando creó el mundo nos dio la capacidad de un orgasmo, pero nos escondió el clítoris; nos dio un cuerpo, pero nos obligó a ocultarlo porque induce al error; nos puso de modelo a una mujer virgen y madre a la vez.
Me acerqué a mi maestro a compartir mis pensamientos. Este puso su mano en mi pierna para decirme que era la alumna más brillante de la clase.
No, no es culpa de Dios.
Priscila Palomares, incluido en Novísimas. Reunión de poetas mexicanas (1989-1999) (Los libros del perro, México, 2020, ed. de Zel Cabrera).
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